domingo, 25 de junio de 2017

Amar es dar lo que no se tiene

“Y si nada nos libra de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”
Javier Velaza, Los Arrancados, poema "El Salvavidas".

La frase del poema de Javier Velaza ubica la experiencia del amor como aquella que da sentido a la vida en el contexto de nuestra dimensión de seres mortales. ¿Por qué el amor tiene esta posibilidad de llenar la vida de las personas? Sigmund Freud compara el enamoramiento con el hipnotismo. Piensa el vínculo hipnótico como una entrega irrestricta del hipnotizado al hipnotizador quien queda idealizado. La idealización no tiene que ver con la realidad de quien queda en ese lugar, ni con una lógica de conveniencias o de beneficios, ni con una elección consciente. Quien es idealizado es ubicado en un lugar de sobrevaloración, en un lugar único, donde todo lo demás queda relativizado, generando dependencia emocional. Se puede idealizar personas, objetos, lugares, grupos, etc. Entonces, la novedad del pensamiento de Freud es que si el amor puede ser comparado con el estado de hipnotismo, el amor queda en relación con la idealización. Cuando alguien o algo es idealizado en nuestra vida, lo empezamos a ver de una manera como nunca antes lo habíamos visto, amar es sentir que el otro posee la virtud, la cualidad, el don que me hace falta para ser feliz, es experimentar por un instante que un partener me completa y que sin ello no podría vivir y la propia vida queda en segundo lugar. En palabras del poeta Neruda: “a nadie te pareces desde que yo te amo”.
Jacques Lacan va a criticar a los que entienden esa idealización del amor como posibilidad de una plenitud o de una unión total. Para Jacques Lacan ese estado de idealización al que se refiere Freud se funda en una lógica simbólica en la que amar es dar lo que no se tiene a quien no es. ¿Qué significa esto?
Amar es dar lo que no se tiene: es la característica del que ama, le sale espontáneamente, dar su tiempo, sus cosas, su afecto, regalos, o dar la vida si fuera necesario. La lógica que motiva esta dimensión es que siempre se quiere dar más, no va con la lógica del mercado en la que damos para recibir en intercambio.  Podría parecer que para amar hay que “tener” y así poder dar lo que se tiene al amado/a. Sin embargo, lo llamativo de la definición de Lacan, es que damos lo que no tenemos. ¿Qué es lo que no tenemos? Lo que no tenemos es la respuesta a la vida, no tenemos la clave de la felicidad, no poseemos la inmortalidad. Aunque dé todo lo que tengo, no podré dar la plenitud. Por lo tanto, doy la falta. Es así que el otro no se sentirá completo y quedará lugar para poder seguir amando, seguir deseando. Esto es fundamental para construir el amor en todos los niveles: como pareja, como padres e hijos, como amigos, como lazo social.
Cuando se piensa en un amor pleno, que pretende tapar la falta constitutiva del amor, se torna violento, posesivo, celoso y controlador e incluso podríamos dudar de llamarlo amor. En la historia no faltaron homicidios o suicidios por amor. La canción “La argentinidad al palo” de la Bersuit dice: “Locati, barreda, monzón y cordera también, matan por amor”.  Para el psicoanálisis el que ama no dejar de ser responsable por lo que siente y hace. No cualquier forma de amar da igual. Lacan está desnaturalizando el amor humano, planteándolo como construcción desde la lógica de la falta y del deseo, que implican la posibilidad de seguir amando. La pretensión de totalidad, de posesión total o de completud del amor, no lleva sino al aniquilamiento del mismo.
Dar la falta es que nunca sabré qué necesita realmente el otro, es admitir que el otro es esencialmente inentendible. Ahí llegamos a la segunda parte de la frase de Lacan: amar a quien no es. Amar no está en relación con la realidad sino con la idealización que se hace de la persona amada. La idealización se constituye en tanto que se coloca en el otro cuestiones que son propias del que ama, el otro está ubicado en el lugar del que puede colmar lo que me falta. No se idealiza a alguien por sus virtudes sino por lo que se desea que ese alguien sea, por eso nunca lo puedo captar en su verdad. Por lo tanto, nunca conoceré del todo a quien amo o nunca sabré a quien amo: amo a quien no es. Esto es parte del amor, como dice la frase: “el amor es ciego”, es amar a alguien en lo que no es. 

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